sábado, 1 de octubre de 2011

Familias felices y sanas



Ninguna familia es perfecta. Incluso en el hogar más
 feliz surgen problemas y la gente discute de tanto en tanto.
 Generalmente los miembros implicados exponen abiertamente 
lo que les preocupa y hablan sobre ello.
 Todo el mundo se tranquiliza y la vida vuelve a la normalidad.
Ser parte de una familia significa arrimar el hombro e intentar hacerle la vida
 mejor a los demás. 
Las discusiones suceden y no pasa nada.
 Con amor, comprensión y un poco de esfuerzo,
 las familias pueden solucionar casi cualquier problema.

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